miércoles, 3 de junio de 2015

“Learning in nature” El primer Bosquescuela de España

Collado Villalba, 3 de junio de 2015. Manuel Cano Ruiz-Ocaña.


Imaginemos una escuela, una escuela que se desarrolla en un bosque, junto a  un río, al aire libre, y en un continuo contacto con el medio natural. Esto, hasta hace bien poco, era ficción en España pero desde ahora dejará de serlo porque con el apoyo de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente y la empresa Interprende S.L. se acaba de anunciar la apertura del primer Bosquescuela de España en la sierra de Madrid, en la localidad de Cerceda.

¿De dónde surge la idea de “Bosquescuela”? ¿Qué es? ¿Cómo se organiza?
La idea es creada por Philip Bruchner, licenciado en Ciencias Forestales por la Universidad de Friburgo, considerando las posibilidades que tiene el medio natural para otorgar a los niños la educación cívica y de respeto que queremos inculcarles. Este modelo está realmente implantado con éxito en países del norte de Europa, el más claro impulsor es Alemania donde hay más de 8.000 Bosquescuela abiertas en el país.

El Bosquescuela de Cerceda comprenderá el segundo ciclo de Educación Infantil (3-6 años) pero  no descarta ir ampliándose dependiendo del éxito que tenga la iniciativa. El desarrollo de un día normal en un Bosquescuela intercala actividades al aire libre y otras de tipo académico en el interior de la cabaña (siendo la “cabaña” el término utilizado para designar al lugar físico donde se realizan las actividades en el interior).

El modelo Bosquescuela gira en torno al desarrollo de cuatro aspectos: NATURALEZA, RESPETO e INTEGRIDAD, MOVIMIENTO y CURIOSIDAD.

Naturaleza: el entorno de la escuela es un bosque por lo tanto el contacto con la naturaleza es diario y continuo, tanto con su flora como con su fauna. En ese contexto los niños pueden correr, saltar, investigar y curiosear con total seguridad, pues el recinto pese a ser campo está controlado. La iniciativa plantea también  visitas semanales a centros urbanos, ya sean museos, bibliotecas y lugares donde puedan ver a personas en sus puestos de trabajo, pues también se considera importante que estén en contacto con el mundo urbano.

Respeto e Integridad: la iniciativa Bosquescuela defiende la libre expresión de cada uno de los alumnos, respetando los profesores cualesquiera que sean esas expresiones. Por supuesto en caso de conflictos los profesores intervienen para solucionarlo, pero rechazando el castigo en la medida de lo posible y creyendo más en el concepto de protección.  Esta empatía profesor-alumno que se quiere desarrollar previene el acoso escolar y promueve la autoridad del profesor.

Movimiento: se busca que el niño desarrolle habilidad para sentir y utilizar su cuerpo, esto lo llaman integración sensorial. El movimiento libre en un entorno de campo favorecerá que los niños adquieran esa integración sensorial. Además lo niños no dejarán de aprender lo que marca el currículo de segundo ciclo de Educación Infantil (lectura, escritura, habilidades numéricas, expresión plástica e iniciación a una lengua extranjera).

Curiosidad: con el paulatino proceso de maduración que vive un niño este va desarrollando una especia de “tensión natural” que le hace querer y necesitar aprender. Al final acabamos dándonos cuenta que es esta curiosidad la base y motor del aprendizaje del niño. Estando rodeado de un medio natural tan rico el niño va a explorar, crear, inventar y desarrollar viendo que todo lo que tiene para responder  esas necesidades lo puede encontrar en la naturaleza.

Los Bosquescuela además tienen dos compromisos muy fuertes en su día a día, estos son la sostenibilidad y la eficiencia.

Para empezar los defensores de los Bosquescuela argumentan que la creación de este tipo de instituciones son menos costosas de mantener que una escuela normal, pues carece de materiales didácticos costosos. Desde el punto de vista ecológico destacar que la escuela utiliza energías renovables y gestiona sus residuos de manera adecuada. A su vez defienden que utilizan procesos constructivos sostenibles.

Para acabar con este punto destacar la dimensión social que se busca que tengan estas enseñanzas. Que los alumnos adquieran esos valores de respeto por el medio. Importante también es hacer ver a los padres/madres de los alumnos que el equipo del Bosquescuela es un equipo motivado, que cree en este proyecto, sano y con ganas de desarrollarlo y que por ello estás volcados en lo que respecta a la educación y cuidado de sus alumnos.

Algunas voces critican en muchos de sus puntos esta propuesta educativa pues consideran que tras el paso por un Bosquescuela será difícil integrar al alumno en un centro educativo normal. Pese a todo no debemos olvidar que la iniciativa Bosquescuela busca cumplir los objetivos desde el punto de vista académico y defiende que puede ser perfectamente compatible con sus propuestas innovadoras sobre el medio ambiente y las actividades que allí realizan.

No cabe duda que en un país con los problemas educativos que tenemos (altos porcentajes de fracaso y abandono escolar) no hace daño formular nuevas ideas y proyectos educativos, con más fuerza si estos modelos innovadores vienen de países donde se han implantado con éxito y tienen unos grandes sistemas educativos a nivel mundial (Alemania).

Personalmente no llego a comprender la gran preocupación que genera la implantación de este tipo de iniciativas. Hasta cierto punto veo el miedo que supone el tener que innovar, el tener que hacer cosas nuevas y que ello, en ocasiones, no funciona. Pero hay algo que no podemos olvidar, no podemos olvidar que nuestro país está año tras año en unos niveles del informe PISA muy bajos dentro de los países de la OCDE, por tanto, ¿qué perdemos por probar? Y además por probar algo que no es descabellado, sino que es un proyecto con una base científica y unos fundamentos pedagógicos sólidos. Hay que reconocer que “innovar por innovar” ha provocado muchos errores, pero este no es el caso de un “Bosquescuela” pues recordaremos el dato que ya hemos mencionado antes: 8.000 centros de este tipo sólo en Alemania, e implantados con éxito y de una manera asentada. Esto no es “innovar por innovar”.

Me gustaría desde aquí hacer una especial mención de agradecimiento a Don Francisco Fernández Cruz, profesor de la Universidad Francisco de Vitoria y gran impulsor y defensor, así como colaborador, de este proyecto. Deseo de todo corazón suerte y  que este proyecto siga adelante y se expanda por todo nuestro territorio. Educación, medio ambiente y respeto por la flora y fauna es, sin duda, una buena mezcla.



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