Collado Villalba, 29 de abril de 2015. Manuel Cano Ruiz-Ocaña.
Lo vemos en sus datos
económicos, pero lo vemos también en su civismo, en su manera de
comportarse y de actuar en la sociedad, vemos que han construido un verdadero
Estado del bienestar. Por tanto podríamos decir que les admiramos. Hablamos de
los escandinavos.
Hoy nos atañe hablar de
Finlandia, concretamente de su sistema educativo, que una vez más puede decir
con orgullo que es el mejor sistema educativo del planeta (según el informe
PISA). Pero, ¿qué convierte a Finlandia en un referente educativo mundial? y ya
que estamos ¿podemos trasladar este sistema a un país como España? ¿Qué consideramos como la
“clave” para construir un gran sistema educativo?
Ahora la pregunta clave es:
¿qué tiene el sistema finlandés de enseñanza cómo medidas diferenciadoras con
respecto al resto?[3]
AULA Y ALUMNO: Las aulas son muy
distintas, pues son lugares donde la organización del espacio se va cambiando o
modificando dependiendo de la actividad a realizar y no siguiendo el modelo por
territorios que tanto hemos visto en nuestro sistema. No quiero decir que el
modelo por territorios sea plenamente nocivo, de hecho tiene muchas utilidades
concretas, pero desde luego que hay otros momentos donde se debe trabajar en
grupo, y eso rompe por completo dicha organización territorial.
También me pareció percibir
un concepto de aula muy diferente al nuestro, y es que para ellos el aula no es
un espacio físico concreto, sino que es simplemente el lugar donde se realiza
la actividad docente y por ello el lugar puede cambiar con más frecuencia
utilizando recursos diferentes (aula de ordenadores, talleres de manualidades,
laboratorios…etc.).
Por último no olvidarnos de
los grupos más reducidos, clases donde los alumnos no superan los 20 miembros,
algo que en ciertos países (como España) no se puede afrontar por razones
demográficas y económicas.
DOCENTES: ¿Cómo se forma y cómo
se desarrolla un docente en Finlandia? ¿Qué visión tiene la sociedad de él?
Una persona que en Finlandia
quiere dedicarse a la labor educativa es una persona que desde el punto de
vista de los resultados académicos forma parte de una élite (sus resultados son
muy superiores a los de la media). Una vez ha sido aceptado en una universidad
para estudiar lo que aquí denominamos magisterio, va a estar 5 años
preparándose para ello, y son 5 años con una exigencia muy elevada (se nos cita
concretamente en el vídeo el alto grado de abandono que hay en la carrera) y
además desde el segundo año de curso ya realizan prácticas docentes en centros
educativos reales, lo que les adjudica al acabar su carrera 4 años de
experiencia dando clases (comparémoslo por un momento con nuestro sistema, en
el que esas actividades prácticas se reducen a un tiempo mucho menor). No
olvidemos que el sueldo medio de un docente en Finlandia es uno de los sueldos
más altos si lo comparamos con otras profesiones, en contra posición pensemos
en un momento en nuestro país…
¿Podemos implantar este
sistema en España?
Los problemas de trasladar el
sistema educativo finlandés a España comienzan con los alumnos por clase. En un
país con 10 veces más población (como es el caso de España) es complicado
gestionar un sistema educativo con aulas de no más de 20 alumnos, pues esto
involucra, dado el caso de nuestra situación, la construcción de nuevos
espacios y de nuevas aulas, esto es, construir colegios e institutos, algo que
por la situación económica del país es muy complicado. Pero incluso obviando
este problema, imaginemos por un momento que España aumentara sus presupuestos
en educación permitiendo la construcción de más centros educativos, nos
encontraríamos con otras “piedras” en el camino.
La más clara es la formación
que han recibido nuestros docentes, una formación que en contraposición a la
finlandesa no es de excesiva exigencia, además de que no se ha dado a nuestros
docentes las herramientas (no tienen por qué ser materiales) para poder
realizar su actividad (resolución de conflictos, atención a la diversidad,
exposición en público, realización de proyectos, trabajos en grupo…etc.). Es
decir, me atrevería a afirmar que nos encontramos con que nuestros profesores,
en general, tienen muchos conocimientos, pero no saben enseñar.
Por último no olvidarnos de
la reputación social que tiene en nuestro país la profesión docente, una
reputación que la considera una profesión sin importancia, casi diríamos poco
reconocida, y con ello con una remuneración económica que no destaca, lo cual
hace que además no tenga un alto grado de atracción para ser cursada.
Bajo mi punto de vista no
podemos implantar al 100% un sistema educativo que se ha creado en una sociedad
tan diferente a la española, como es la finlandesa, por las diferencias
económicas, sociales y culturales de ambos países, lo que no quita que parcialmente
podamos adoptar medidas que si que puedan ajustarse a nuestro país.
¿Qué nos queda para mejorar
nuestro sistema educativo? ¿Debemos
resignarnos a mejorarlo sólo levemente? ¿Debemos soportar año tras año las cifras tan escandalosas de
absentismo y fracaso escolar? Podríamos enfocar el problema desde de punto de
vista diferente, aunque algo arriesgado, y es: ¿en qué campos es España un referente a nivel internacional? ¿Qué cosas funcionan en
nuestro país? ¿Qué
envidian o usan de modelo otros países de nosotros?
Según la prestigiosa
Bloomberg Markets Magazine[4] (la
prestigiosa revista digital de economía) tras realizar un estudio en 2013 sobre
la eficiencia de los sistemas sanitarios de los países desarrollados (de la
OCDE), España ocupaba el primer lugar a nivel europeo, siendo la 5ª a nivel
mundial (Año 2013 con una España ya bajo la política de recortes).
Al igual que Finlandia en
educación, no somos, ni de lejos, el país que más dinero gasta en sanidad (ni
porcentual, que fue del 10,4% del PIB para ese año[5], ni mucho menos total),
por tanto, ¿qué nos hace tener el sistema sanitario más eficiente de Europa y
el quinto a nivel mundial?
Creo que esto se debe al
factor de la formación de los profesionales que actúan en este campo, en este
caso los médicos, algo que podríamos comparar ahora sí con Finlandia en la
educación con los profesores. “Nuestros” médicos cuando acaban su carrera universitaria
sabemos ya que son unos grandes profesionales, ¿por qué?:
1.
Porque
tuvieron que obtener unas notas medias realmente elevadas simplemente para ser
aceptados por alguna facultad de medicina;
2.
porque esa
exigencia no se acaba una vez empezada la formación, eso muestra el que haya un
porcentaje importante de abandono;
3.
porque
desde el segundo año ya están realizando actividades prácticas y en algunos
casos, en cursos avanzados, también ya pasando consulta. Al acabar sus estudios
tienen vocación y capacidades a partes iguales.
No olvidemos además que por
parte de la sociedad se les reconoce ese esfuerzo, muestra de ello es su
remuneración económica, siendo el sueldo medio de un médico en España mayor que
el sueldo medio de otras profesiones.
A nuestros médicos les
pedimos vocación y capacidades. Vivimos en un mundo dinámico, globalizado, por
lo que a unos profesionales ya no podemos pedirles sólo vocación o sólo
capacidades, sino que tienen que ser ambas, y por supuesto con un reconocimiento
social y económico.
Esto encaja con lo que hemos
visto en los profesores en Finlandia, y esto es algo que sí que podemos hacer
en España, y lo podemos hacer no porque nuestros “amigos” escandinavos lo hayan
hecho varios miles de kilómetros al norte, sino porque nosotros mismos los
hemos hecho en los hospitales. Muchas veces perdemos tiempo mirando hacia
fuera, cuando probablemente la respuesta no esté tan lejos.
[1]
http://datos.bancomundial.org/tema/educacion
Banco Mundial
[2]
http://es.wikipedia.org/wiki/Informe_PISA
Ver apartado año 2009.
[5]
http://datos.bancomundial.org/tema/salud
Banco Mundial
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